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Encender una vela y ver cómo se apaga sola en pocos segundos puede ser frustrante, sobre todo cuando está recién estrenada o fue hecha a mano con cariño. Pero no te preocupes: este problema es más común de lo que parece, y tiene solución.
Aquí te explico por qué sucede y cómo evitarlo para que disfrutes tu vela sin interrupciones.
🔥 1. Mecha demasiado corta
Una de las causas más comunes es que la mecha sea tan corta que no logre sostener la llama. A veces, al cortar la mecha antes de encenderla, se deja demasiado poco hilo expuesto.
✅ Solución: Si la mecha está muy pegada a la cera, intenta raspar suavemente la superficie con una cuchara para liberar un poco más de mecha y volver a encender.
🕯️ 2. Cera ahogando la mecha
Si alrededor de la mecha hay un charco de cera que se enfría rápidamente, puede cubrirla y apagarla. Esto suele pasar cuando la vela no alcanza a formar una “piscina de cera” uniforme.
✅ Solución: Deja que la vela encienda por más tiempo (al menos 1 hora) en la siguiente sesión, para que la cera se derrita de borde a borde. Si no prende, seca cuidadosamente el exceso de cera antes de volver a intentar.
🧵 3. Mecha de mala calidad o mal elegida
Una mecha muy fina para el diámetro del frasco puede no tener la fuerza necesaria para mantener una llama constante. También puede pasar si la cera es demasiado densa o el aroma, muy cargado.
✅ Solución: Si haces tus velas, revisa que el tipo de mecha esté acorde al tamaño del contenedor y al tipo de cera/aroma. Si es una vela comprada, contacta al fabricante: muchas veces están felices de ayudarte o reemplazarla.
🌬️ 4. Corrientes de aire
A veces no es culpa de la vela, sino del entorno. Una corriente de aire constante puede apagar la llama sin que te des cuenta.
✅ Solución: Mueve la vela a un espacio más resguardado.
✨ Consejo final
Cuando enciendas una vela nueva, déjala encendida entre 1 y 2 horas la primera vez, para que forme una base estable y evite “tunelarse” o apagarse fácilmente.